Fotógrafos que me inspiran
Un agradecimiento público a como sus trabajos en mi práctica fotográfica
Cerca de 2005 abrí mi cuenta en Flickr, de cuando la app premiaba las buenas fotos publicándolas en el “explore”, las estrellas implicaban un genuino gusto por las fotos y los comentarios recibidos ayudaban a mejorar el trabajo fotográfico. Apareció luego Instagram como un nuevo espacio para publicar tus fotos y sobretodo, encontrar inspiración en el trabajo de otros. También se perdió, esta vez en un torbellino de videos cortos y representaciones fantasiosas e idealizadas de la vida cotidiana. Las redes sociales se volvieron espacios superficiales. Ya no sirven para intercambiar ideas, reflexionar y aprender mediante la buena y sana comunicación humana. Tratando de conectarme nuevamente con esos objetivos es que abrí este espacio aquí en Substack.
Esta especie de descalabro en la comunicación digital, cortesía del consumo exagerado de lo que sea, y la sobre producción de “imágenes épicas”, ha hecho dificultoso, al menos a mi, encontrar personas que practiquen la fotografía documental–callejera. Y justo ahí, entre los torbellinos de algoritmos que gobiernan los contenidos que aparecen en nuestros feeds, es que la buena y vieja costumbre humana de compartir lo que nos gusta, puede ayudar a entregar más lucidez y abrir un nutrido diálogo.
A continuación les comparto una lista, sin orden particular alguno, de 7 personas inspiran mi quehacer fotográfico. Esto no sólo por el tema, resultado, características objetivas y subjetivas de sus fotos, si no también por su forma de trabajar y abordar su práctica. En cada uno de ellos describo por qué me gustan, lo que va complementado por una cita que cada una de estas personas amablemente me hizo llegar.
Vamos.
Eduardo Ortiz
Llegué a Eduardo gracias a un vlog en YouTube de Gareth Danks. De inmediato me sumergí a ver su trabajo y lo que más me gusta y disfruto es su manejo de los colores, los encuadres y las distintas capas de lectura que hay en sus fotos. Utiliza principalmente focales amplias (o cortas, como quieran llamarle) lo cual me hace imaginar que tiene bastante coraje para meterse en las escenas, en lo que sea que esté pasando en la calle, y hacer la foto. No digo que no le cueste o tenga sus propios procesos internos. Yo sé que a mi me cuesta un montón hacerme el ánimo y tener el coraje de tomar las fotos así de cerca, y ver su trabajo definitivamente me da ánimo.
En las propias palabras de Eduardo:
El tema central de mi trabajo siempre ha ido evolucionando conforme a lo largo de mi viaje en el mundo de la fotografía. A medida que voy aprendiendo, diferentes elementos estéticos van capturando mi atención de diferente forma o medida. Al principio cuando aprendía los conceptos básicos sobre composición estaba obsesionado con encontrar lineas, y formas. En esos tiempos componía con la paciencia de un pescador, encontraba un lugar y luego esperaba que algo pasara. El elemento humano era un acento, una silueta, un elemento que solo prentendía dar un sentido de lugar y escala. Pasó el tiempo y mis ansias de explorar y compartir la cultura de los lugares que visito, me llevo descubrir otra forma de fotografiar. Una que requería ser muy rápido, improvisar y estar muy cerca de la gente. Es así como de a poco el elemento humano pasó a ser parte fundamental de mi trabajo. Ahora creo que he encontrado un equilibrio en donde aparte de ser franco y respetuoso con la gente que fotografío, también logro que mis fotos sean estéticamente bellas. O al menos bellas según mi idea de belleza, algo que siempre es muy subjetivo y personal por cierto. La fotografía callejera es espontánea y excitante, una forma de meditación que me permite ser verdadero y sincero con la gente tanto en mis fotos como aquellos que las ven.
Eduardo acaba de editar su primer zine (en inglés), “Entendiendo el Color” (Understanding Color), donde ha volcado su conocimiento y reflexiones sobre este componente de la fotografía, para compartirlas con el mundo. Lo pueden comprar acá.
Puedes seguirlo en instagram: eortizfoto y visitar su sitio web
John Gellings
Conocí a John a través de facebook, gracias a la participación en grupos de fotografía callejera y de usuarios Fujifilm. Inmediatamente me llamó la atención su capacidad de crear “meta–encuadres” (encuadres dentro del encuadre), en escenas que pueden o no incluir personas. Gran parte de ellas registra momentos y espacios de la vida cotidiana urbana, los que captura con gran sentido de composición y color, y eso me hace exclamar “¡pucha claro! que buen ojo” cada vez que veo una foto suya en un espacio tan cotidiano y ordinario, que yo al menos descarto para fotografiar. John seguramente debe disparar bastante más que yo, por lo que veo su práctica fotográfica como un espacio de reflexión y depuración constante de la capacidad de observar.
Lo que john me cuenta:
Desde que vi la el trabajo de William Eggleston a principios y mediados de los años 90, he estado interesado en fotografiar objetos cotidianos ordinarios ... los momentos tranquilos y lentos de la vida. Incluso cuando fotografío personas en las calles, no busco que estén haciendo mucho o que hagan grandes gestos. Me gusta la cualidad misteriosa y ambigua de fotografiar lo ordinario y estoy contento con lo cotidiano, es decir, los caminantes, los corredores, los ciclistas y su relación con la ciudad, como solo la fotografía puede describir.
Las asociaciones únicas que podemos hacer en el mundo mediante el encuadre en la cámara. Asociaciones que tienden a no existir fuera de la fotografía. Esto significa que también estoy muy interesado en los aspectos formales de la fotografía en los que el encuadre (o la composición) es un aspecto muy importante. Cómo cambian las cosas cuando haces cambios sutiles con el encuadre. Cuándo cortar algo por la mitad o cuándo incluirlo. Para mí, las líneas más pequeñas y las partes aparentemente mundanas del encuadre son tan importantes como lo que la mayoría de las personas consideraría el sujeto. Se trata de ver lo significativo en lo insignificante y hacer que funcione en la fotografía en su totalidad. Me esfuerzo por hacer que toda la fotografía sea mi sujeto.
Tanto me gusta su trabajo que apenas John sacó su primera publicación con sus fotos (otra causa de mi admiración hacia su trabajo), fui corriendo a comprarla sin pensarlo y es maravilloso acceder a su trabajo en formato impreso, libre de las pantallas y redes sociales.
Pueden seguir el trabajo de John en Instagram: johngellings0
Carlos Hevia
Conocía Carlos por temas laborales, mezcla de mi actual paso entre estudios de postgrado y mi labor de diseñador. Carlos resultó ser el fotógrafo que estaba apoyando un proyecto de investigación de habitar indígena. Me llevé tremenda sorpresa cuando vi su trabajo, porque generalmente cuando recibo el material de proyectos editoriales como el que me fue encomendado, las fotografías son malísimas, como si alguien dentro del equipo, con la cámara de celular más deficiente, al final de una reunión o visita de campo, se acordó de sacar unas fotos para registro y dispara 10 cuadros para cumplir con la tarea. El trabajo de Carlos era muestra clara del cariño y respeto por el registro y documentación fotográfica, como una capa más de información y datos dentro de un proceso de investigación etnográfico. Un trabajo envidiable.
¿Qué es lo que más admiro de su trabajo? El cariño y dedicación entregado en hacer un registro justo, honesto y cuidado.
El trabajo de Carlos en sus propias palabras:
Desde niños nos enseñan una idea que luego cuesta mucho cuestionar, porque nos parece tan evidente a los ojos: la idea de que cultura y naturaleza son dos cosas distintas. Por medio de mi trabajo fotográfico he llegado a cuestionar este principio casi natural de nuestra ontología occidental. Personalmente aún no doy con ninguna respuesta, pero el camino de la búsqueda es interesante y permite observar y pensar lo humano como parte integrada de todo aquello que denominamos como natural, si trazar fronteras.
Sigue a Carlos en Instagram: carlosheviariera
Jean Acevedo
Lo que más disfruto y me atrae del trabajo de Jean, es su juego y manejo de las sombras, como elemento geométrico clave en su producción fotográfica callejera. Eso acompañado siempre de alguna silueta o presencia humana en sus encuadres, a menudo acompañado de colores potentes. Todo esto hace que lugares comunes de nuestro querido Santiago sean representados como una viñeta con tintes épicos en la movilidad y permanencia en el espacio urbano.
En las propias palabras de Jean:
Todo comenzó con la pasión de recorrer las calles de Santiago centro y sus alrededores y disfrutar de la ciudad y su ambiente. donde haya encontrar situaciones, contrastes y colores que estaban "perdidos".
Con el pasar del tiempo entendí que el contexto de cada fotografía era yo, se transformó la herramienta ideal de abandonar tristezas que llevaba conmigo en mi soledad desde hace mucho tiempo, era la forma de liberarme de mis propias trabas, no buscaba crear un contexto para que la gente la apreciara como yo, quería que mi trabajo fuese libre de interpretación de vivencias propias de cada espectador en el momento que la estuviese observando.
Sigue a Jean en Instagram: levisumbra
Gabriela Tulian
Cada vez que me topo con alguna de las imágenes de Gabriela me detengo bastante tiempo a mirar. Son mágicas para mi. No sé cómo hace para lograr que imágenes tan cotidianas y a la mano terminen resultando algo que comunica calma. Y qué hermosos resultan sus retratos a las nobles bicicletas. El tratamiento del color, luces y sombras son fruto de lo que imagino es una buenísima compresión de la luz al momento de hacer la foto y también parte de un cuidado proceso de post producción lo que le da unidad a su trabajo. Eso resulta super importante para un nómada del color como yo.
En las propias palabras de Gabriela:
... todas mis fotos son hechas de forma espontánea, me gusta capturar escenas que contengan belleza dentro de entornos cálidos y calmos.
Sigue a Gabriela en Instagram: gabrielatulian o visita su sitio web
Gabrielle Motola
Detrás de cada foto de Gabrielle es posible entender que esa imagen no es sólo el instante, si no que se puede percibir el diálogo verbal previo y también la comunicación que existe al momento de apretar el obturador entre ella y las personas fotografiadas. Su trabajo está enfocado en el retrato documental, consentido y dialogado. Construye las imágenes junto a los sujetos fotografiados y al publicarlos los acompaña de algún tipo de reflexión textual, ya sea esta de aspectos personales de las personas fotografiadas o de reflexiones sociales y políticas más estructurales, por lo tanto, cada imagen se convierte en un registro de nuestra vida social actual.
Desearía tener el coraje de Gabrielle para entablar diálogo con las personas y ser más prolífico en este tipo de trabajo que sinceramente es el que más me atrae. No es que ella no tenga sus miedos, tal como lo expresó en el perfil como fotógrafa que compartió Sean Tucker hace algunos años, si no que es enfrentarlos o quedarse en casa, por eso hago énfasis en que me inspira a ser más valiente y trabajar por hacer las fotos que busco.
En palabras de Gabrielle:
Mi fotografía es muchas cosas, algunas de ellas incluyen cómo interactúo con el mundo, lo exploro, expando mi conciencia de mí mismo y de los demás, y conozco personas interesantes. Es una gran excusa para hablar con la gente. La mayoría de las personas son interesantes si tienes real interés en ellas.
Sigue a Gabrielle en Instagram gmotophotos y conoce más de su trabajo en su sitio web
Maritza González
Maritza es mi ventana a Valparaíso, ciudad a la que me ha tocado ir relativamente seguido en el último año y que aún me cuesta leer. Y para aprender de ella toca caminarla. Maritza parece estar en la calle caminando todo el día en todo instante y a través de su prolífico trabajo puedo ver cada una de las millones de cosas y minúsculos detalles que hacen de Valparaíso una ciudad con una personalidad potente e inconfundible, una ciudad que te alegra y también te hace llorar, de colores y grises, pero con todo, de una vibrante vida pública y por lo tanto, política. Estos dos aspectos son los que yo comprendo como claves en su trabajo, el que se hace más relevante por el relato continuo en su observación.
En las propias palabras de Maritza:
Observo la calle desde su cotidiano, porque siempre tiene una historia distinta que contar desde sus habitantes. Me motiva compartir instantes en los que los habitantes coexisten en este variopinto lugar llamado Valparaíso.
Sigue a Maritza en Instagram: marytafeliz
Espero que haya resultado de provecho esta reflexión y agradecimiento. tomó tiempo, lo que pensé iba a ser una labor de una semana tomó cerca de un mes. Pero las cosas requieren tiempo y paciencia, otra cosa clave a tener presente.
¿Conoces o sabes de otras personas que te inspiran en tu trabajo fotográfico? Déjala en los comentarios.