Mi fotografía en 2024
No soy de hacer recuentos, hasta que vi en qué me podía ser útil revisar el año a través de mis fotos.
Hola. Espero estés bien y espero que navegando de buena forma las aguas propias de fin de año.
Casi no alcanzo, pero logré escribir esta nota y así mantener el ritmo de la escritura. También me ayudó –y fue lindo– que amigos y lectores hayan dedicado tiempo y me hayan escrito por WhatsApp e Instagram contándome sobre estos escritos. Escribir acá en Substack ha sido grato porque el diálogo es despacio, dedicado y requiere tiempo, tanto para publicar como para comentar, a diferencia de otras redes. La herramienta se vuelve útil, un canal donde suscriptores y escritores nos beneficiamos y aprendemos.
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En fin, esto salió medio largo. Te dejo entonces con el cuerpo de esta nota: Mi fotografía en 2024.
Siempre he evitado los recuentos de fin de año. Creo que no tengo nada que contar y por otro lado tengo miedo a ver que no hice nada. Pero un recuento puede ser una herramienta para revisar críticamente algo. Decidí ver el lado positivo y domar ese monstruo. Aprovecharé la oportunidad que ofrece el cierre del año para hacer una revisión de mi producción fotográfica durante el 2024. Es un acto que permite ver las fotos con el desapego que entrega el tiempo y también una oportunidad para que las fotos permitan evocar las sensaciones y sentimientos de los momentos cuando fueron tomadas. Primera vez que hago esto y no sé en qué va terminar, entonces no les prometo, queridos lectores y lectoras, una exposición de “maravillosas fotos”. Sólo son las fotos seleccionadas del 2024 por el autor.
El proceso se selección de fotografías
Trato de mantener lo más ordenado mi archivo fotográfico. Eso implica un montón de discos duros en un cajón que contiene mi archivo desde 2005 aproximadamente. Con el tiempo decidí agrupar las fotos en carpetas con base a la siguiente estructura: año > mes > evento. Por ejemplo, “2025” > “01 Enero” > “20250101 Año Nuevo”. El nombre de la carpeta del evento o sesión incluye la fecha y el nombre del evento, en este caso, la celebración de año nuevo. Esto funciona bien, sin embargo cuando tengo una serie de fotos aleatorias que he tomado en un tiempo determinado, las guardo en una carpeta cuyo nombre se compone de la fecha y la palabra “random”. Los detalles de la organización los veo directamente en el catálogo de fotos.
Para organizar, editar y ajustar mis fotografías uso Capture One. Este tipo de software, similar a Lightroom de Adobe, permite crear catálogos en el que mediante carpetas, etiquetas, los datos propios de las fotos y valoraciones, se puede identificar, agrupar y ordenar la cantidad brutal de fotos que se hacen en el año. Organizo todo el año en un catálogo, de esta forma los catálogos son manejables y no pongo todos los huevos en la misma canasta en caso que el archivo se dañe. Aunque nunca me ha pasado. Y hasta ahí todo bien. En lo que reconozco que soy un desorden es organizando las fotos seleccionadas. Esas están repartidas en muchos lados, la app de fotos, en una carpeta de “exportadas” en el disco duro, otras en Dropbox. Un desastre de organización que me obligó a revisar todo el catálogo para seleccionar las fotos interesantes de este año. Ahí va el primer ítem de la lista “Cosas a mejorar en 2025”.
Esta explicación salió más larga de lo que esperaba, me emocione con la ñoñería del catálogo.
Para el proceso de selección tenía como meta elegir una por mes, así terminar con 12 fotos en esta lista. Pero siendo mi trabajo en gran parte documental, hay fotos que por sí solas no dicen mucho. En esos casos seleccioné dos o tres. Otros meses resultó que no me pude decidir por sólo una e hice trampa seleccionando más. Eso sí, hay un mes pelado, sin fotos.
Las fotos del 2024
Enero
Conocí Rapa Nui. Fui al matrimonio de mi cuñado y aproveché de documentar su ceremonia. Y pues estando en la isla qué mejor forma para conocer su gente, vida social y actividad callejera que caminando por largo rato sus calles y senderos. Fue así que saliendo de la caleta Hanga Piko me encontré con esta persona, practicante del Hoe Vaka o Canotaje Polinésico, cargando su nave.
Febrero
Qué vergüenza… ni una foto. Enero estuvo intenso.
Marzo
Estuvo cargado a los eventos y documentación familiar. Participé por primera vez de La Ciclovía Nocturna en Ñuñoa y fue maravilloso encontrarse con tanta gente sonriente –y en algunos casos con vestimenta súper producida–, moviéndose en patines, bicicletas y skates por Av. Irarrázaval.
No soy muy de andar publicando fotos familiares, pero con la siguiente foto hago la excepción, porque se pasa bien con este grupo de amigas que se quieren tanto. Y me gustó la foto.
Abril
De viaje en Antofagasta, mirando la ciclo-infraestructura de la ciudad, me encontré con estos adolescentes jugando con un carro de supermercado en el centro.
Y caminando por la costanera me encontré con esta bonita pausa al final del día.
Mayo
En mayo andaba trabajando con mi socio Ariel López en Puerto Montt. Sumamos un día a nuestro progra,a y nos escapamos por el día a Chiloé. Estuvimos en la zona del río negro, al noreste de la isla grande, y me emocioné al ver los pequeños y hermosos detalles de vida vegetal del esponjoso suelo de bosque chilote.
Junio
Tocó viaje a Chillán y fue la oportunidad perfecta para irnos en el nuevo tren rápido de EFE. Y sí, es rápido –aunque el trazado ferroviario no ayuda mucho, entre otras cosas por tener muchos cruces a nivel–, cómodo y bonito, sin embargo, le hace falta una buena cafetería. Aquí mi tributo al tren al llegar a la capital de Ñuble.
La siguiente foto fue un descubrimiento en este ejercicio de revisión de archivo. Es en Plaza Ñuñoa y la tomé porque me llamó la atención el contraste entre el bus nuevo y el paradero dañado, que enmarcaba a la persona mirando el celular. Y recientemente me di cuenta de la relación entre la bolsa de la persona en primer plano y la persona en bicicleta más atrás, ejerciendo el oficio de repartidor. Ambos con el móvil a la vista.
Julio
Colaboré con Daniela, una amiga e investigadora de la Universidad de Chile. Mi misión era documentar en video y fotografía una de las asambleas de comités de vivienda de la comuna de La Pintana, en Santiago. Por esos días andaba bastante bajoneado. Conocer este grupo de personas y ver su capacidad de colaborar para un objetivo común me ayudó a recobrar la energía y el buen ánimo. El registro incluyó una entrevista a los dirigentes de esos comités.

Agosto
Don Sixto. Oficia de “lustrabotas” hace 30 años en calle Agustinas en el centro de Santiago. Me vio con la cámara y pidió un retrato. Fue muy agradable conversar un instante, sonreír, conocer, dejar de ser extraños.


Septiembre
Inicié mi proyecto de retratos para perfiles profesionales y personas creativas. Daniela y Alba fueron las primeras en confiar y colaborar conmigo en esta nueva aventura.
Octubre
Un nuevo encargo documental, esta vez para registrar el lanzamiento de un libro. Traté de integrar todo, desde lo evidente, las personas hablando, los autores y panelistas, pero también la emoción de las miradas entre amigos, familiares y colegas, junto con el excelente trabajo editorial del objeto libro.




Noviembre
Siguió el trabajo documental. Esta vez en apoyo a las comunicaciones del jardín infantil Caramelos de Luz, al que le hicimos el sitio web junto a mi esposa cuando éramos apoderados. Las fotos ya están en el sitio web del jardín.



Durante todo el año apoyé también documentando los dos proyectos FONDART de mi esposa, en los que enseña la técnica del papel maché y cartapesta. Estas imágenes son de la jornada de cierre de uno de ellos, con las personas de la Fundación Orcodis en La Reina.


Diciembre
Conocí a don Julio en La Reina. Aprendió el oficio de su papá y formalizó ese conocimiento estudiando en el DUOC. Lleva 42 años en su local en Av. Larraín. Hablamos de la reparación, los oficios, de la calidad de las cosas… Tengo que volver a dejarle su foto.
Qué aprendi con esta revisión
No es terrible enfrentarse a revisar el propio trabajo. Me gustaron las fotos seleccionadas aunque reconozco que ninguna es notable. Y eso está bien porque siento que voy mejorando. Y también sé que no sirve de nada ser demasiado crítico al punto de dejar de pasarlo bien. Corresponderá entonces buscar el equilibrio y calibrar el juicio al revisar nuestro trabajo.
Debo mejorar la organización de mis fotos seleccionadas. Cuando una foto o una serie de fotos haya pasado “el filtro”, irá de una vez a la carpeta de “Seleccionadas 2025” y organizadas por mes. Durante y a final del año será más fácil hacer una revisión. De esta misma carpeta saldrán las fotos que publicaré luego en Flickr, Instagram, mi portafolio y acá en Substack. Esta carpeta vivirá en Dropbox.
Haré respaldos de las fotografías más seguido y pondré más atención a mi portafolio. Perdí los archivos RAW –los negativos digitales– de una serie de fotos de la ciclovía nocturna en Ñuñoa. No sé cómo, pero me dolió perderlos. Creo que mi catálogo tiene demasiadas fotos, sobre 3.100 ocupando más de 242 GB en el disco. Y eso no ayuda a mantener el orden.
Tengo que tomar menos fotos. Sí, muchas imágenes son repetitivas, con mala iluminación. Y si bien la tecnología digital permite hacer imágenes a un precio ridículamente bajo en comparación con la fotografía análoga, es importante ponerse límites y dejar un espacio para pensar más y disparar menos. Quiero mejorar mi capacidad de observación y apretar menos veces el disparador.
Editar mejor mi catálogo. Esto es ser más crítico con mi trabajo y borrar las fotos malas. Dejar sólo las mejores, botar el resto. Creo que fue Sergio Larraín que decía que las malas fotos te frenan, no permiten crecer y hay que botarlas. Esto me va a costar, porque tiendo a guardar fotos que puedo valorar a futuro al verlas de otra forma, como la foto del paradero dañado en Plaza Ñuñoa. No voy a llevar la selección de las buenas y malas a un extremo, pero mezclando el reducir la cantidad de obturaciones con una edición mas rigurosa, me ayudará a tener catálogo con menos grasa o ruido.
Tener una practica fotográfica más deliberada. Es lo que concluyo juntando los dos párrafos anteriores. Esto es fortalecer la intención, ser más osado, enfocarme y depurar en los temas que me interesan, los que puedo identificar fácilmente en mi catálogo cuando ciertos patrones emergen en la colección de fotos.
Gracias por leer. Ha sido un bonito ejercicio este de mirar mi trabajo en retrospectiva y espero que este proceso resulte útil para organizar, según tus propios objetivos, tu catálogo fotográfico.
Caminen o pedaleen, ayuda a aclarar la mente.
¡Felices fiestas! Conectamos el próximo año.
Claudio.